Ruta de senderismo por León, visitando los restos arqueológicos de Lancia y los eremitorios de Cuevas Menudas. Se trata de un sendero de pequeño recorrido, señalizado cómo PRC-LE.66 relativamente nuevo, y que había visto varias veces en el blog de
Mareando la perdiz de Konico. Es una ruta sencilla, casi toda por pistas entre fincas de secano, y la parte más guapa al borde de una meseta por un sendero estrecho con buenas vistas a las inmensas llanuras del Páramo.
Este verano por León ha sido bastante desesperante, alertas por ola de calor, después alertas por incendios, tormentas secas y varios días cubiertos por nubes de ceniza que apenas dejaban pasar el sol. Tenía que subir a por material al brico depot, y después de comprar me paré uno de estos días más frescos, pero con la ceniza cubriendo. Para las fotos no estaba el día, pero me gustó la zona, de pequeño si que había venido a bañarme al río en Puente Villarente y Mansilla de las Mulas, pero de eso han pasado demasiados años.
Distancia: 13,2 km
Duración: 2h 53 min
Cota mínima: 798 m
Cota Máxima: 871 m
Desnivel Acumulado: 144 m
IBP: 37 Hiking
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Mapa del recorrido |
La ruta comienza en Villafañe, un pueblo abierto, con Farmacia y bares, pero con una carretera de acceso que necesitaba un rebacheo. No conocía la zona, así que para aparcar y encontrar el inicio de la ruta me lié algo más de lo necesario. Hay que ir hasta el final del pueblo, donde las instalaciones deportivas y el campo de fútbol, para comenzar.
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El canal del Esla |
Desde el campo de fútbol se sigue por una carretera que va hacia Villasabariego, y enseguida se pasa el canal del Esla, donde comienza y termina la ruta. Hay un cartel informativo del recorrido, y las cosas que se pueden ver. Aunque tiene que estar sin ceniza, un día normal vamos.
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Siguiendo el canal los primeros metros |
La ruta en sentido horario, comienza al lado del canal, yendo hacia una especie de sumidero por el que sale el agua y hace bastante ruido. Es una pista para las fincas de secano de la zona, que por aquí no han pasado reparcelando y esta bien. Tras un giro la pista inicia ligera subida, al fondo se ve una casa-bodega, o eso me parece a mí.
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La casa bodega |
La tarde va bien de calor, pero el cielo está feo para las fotografías, no se ve más allá de unos pocos kilómetros, y desde esta casa bodega se ven a lo lejos los perfiles de los cerros donde está Lancia y los Eremitorios, y un cerro con vertice geodésico, aunque falta mucho para llegar.
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Bordeando cultivos |
En León todo son rectas, y caminando son un poco desesperantes porque parece que no se avanza, ves al fondo donde tienes que llegar, pero no acaba de llegar.
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En esa dirección debería verse al fondo las montañas, pero nada |
Tras una subidita, el camino tiene su bajada cambiando de vaguada, y al fondo se ven un encinar por el que habrá que pasar después.
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Hasta la plantación de pinos, y más allá |
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Cereal sin recoger |
Paso los pinos de la plantación, y la señalización marca giro de 90 grados, y tras otra corta recta otro giro de 90º para volver hacia las encinas.
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Campanario de Villasabariego entre lo rojo |
Tras rodear las encinas se entra en una pista nueva, de las de las parcelaciones, y estas suelen tener tendencia a tener polvo. Pero no polvo normal, capas de varios centímetros en las que se hunde el pie y que no te toque un tractor que te cubre completo, yo lo llamo fess-fess. Hay que ir buscando la cuneta que menos polvo tiene para avanzar, en bicicleta en mi zona si te encuentras esto es bastante peligroso, sobre todo en bajada. En bajada, la rueda delantera se queda clavada y la de atrás tiende a adelantarse, cruzandose la bicicleta con lo que es fácil irse al suelo, yo procuro evitar todos los caminos que quedan así. Pero aquí no han marcado alternativa.
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Restos del palomar en el cerro |
Desde el cerro ya se ve Villasabariego, con su Iglesia, la ruta atraviesa el pueblo para llegar al ayuntamiento y volver a subir por la parte trasera, así que aquí también se puede atajar un poco estando atentos. Yo la recorro completa, incluso me desvío para ver la Iglesia, ya que en la primera pasada me la salte.
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La espadaña de la Iglesia |
Tras el rodeo del pueblo, otra pista moderna con algo de polvo, para bajar y subir hacia Lancia. La referencia aquí son las torres de alta tensión del fondo, por las que hay que pasar, y más o menos allí se comienza la vuelta.
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Hacia las torres de alta tensión |
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El sol luchando contra la ceniza |
En esta zona las liebres campan a sus anchas, cruzando el camino en cuanto me sienten, aunque ya estamos en la media veda y dependiendo de con quién te cruces igual no lo cuentan más. Siguiendo la pista, y pasando la zona de las liebres, subida hasta las torres de alta tensión, y continuar un tramo más. Parece que ya estas en lo más alto, incluso se ve cerca un vértice geodésico, pero no se pasa por él.
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Restos de la antigua Lancia |
Por fin se llega hasta los Restos de la antigua Lancia, el origen romano de León, aunque está todo bastante descuidado, no debe de ser muy turístico esto. No hay centro de interpretación a lado de las ruinas, creo que hay algo pero en otro pueblo. Sólo hay dos paneles explicativos, y parece que siguen excavando, pero si me dicen que es una pista de autocross lo que tienen también me lo creo.
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Más restos |
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Casetas de obra para las excavaciones |
Desde el aparcamiento de las excavaciones parece que el camino se acaba, y en realidad empieza lo más guapo, lo más senderista. Un sendero bordea las casetas de obra, y lleva hasta los acantilados de esta meseta en la que estamos.
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Bandera y comienzo del sendero |
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El sendero bordeando la meseta de Lancia |
Esta parte con el sendero, y las vistas hacia todo el Páramo es lo más guapo de la ruta. Abajo también aparece el canal del Esla, con su zig-zag buscando mantener la cota y poder regar más territorio. Una pena la ceniza que no deja ver más lejos.
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El páramo |
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Llegando al aparcamiento de los Eremitorios |
El sendero es entretenido, puede dar algo de sensación de vacío, pero se anda bien, cuidado con la paja seca que resbala bastante, pero el sendero no desliza. Enseguida se llega hasta las torretas de la línea de alta tensión, y el aparcamiento de los Eremitorios, al que también se llega desde el aparcamiento de Lancia por pista.
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Vista del mirador, entre las cenizas |
En la zona de los Eremitorios han construido un mirador, y han puesto zonas con pasarelas de madera y escaleras para facilitar el acceso. Este día también estaba una familia despidiendo las cenizas de un familiar.
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Vistas a las pequeñas cuevas donde meditaban los Eremitas |
Desde el mirador se ve la pared del acantilado oradada con las pequeñas cavidades donde vivían y dormían los Eremitas en su vida de contemplación. Costumbres extrañas, no quiero imaginar que metieran a alguno de los antiguos en la máquina del tiempo y apareciese en estos tiempos de velocidad. No sabría donde meterse.
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De vuelta a la ruta |
La ruta vuelve hacia Villafañe recorriendo el borde de la meseta por un sendero, con buenas vistas y camino entretenido.
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Final de la ruta |
Una ruta que deja lo mejor para su tramo final, el resto es tierra de campos de secano que es bastante igual en toda la provincia. Pena de las vistas, pero los incendios de este verano y la ceniza no permiten hacer más.
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