domingo, 26 de junio de 2016

Por caminos olvidados entre Linares y Santo Adriano del Monte [Grado]

Otro día que amanece con niebla por las cumbres, así que toca buscar ruta que no suba mucho. Hace un mes habíamos ido a Yernes para subir a la Lloral y nos tuvimos que dar la vuelta, después de estar varias horas en coche para llegar. Así que esta vez empezamos desde el valle de Proaza, que recorta mucho el trayecto en coche. La idea era ir desde Linares hasta la Lloral por la pista, pero había mucha niebla, así que se me ocurre ir por una zona más baja, y por la tarde si despeja pues disfrutar de las vistas. Mirando el mapa veo el pueblo abandonado de Santo Adriano del Monte, y varios senderos/pistas en el mapa que llevan hasta allí, pero estos senderos están mucho más abandonados y descuidados que el pueblo. Repasando por Internet encontré un recorrido de los de las claras, pero que van por mejores caminos. La ruta no está señalizada en la parte de ida, después la vuelta sigue las marcas del GR. 109. Hay varias fuentes durante el camino, en Linares, en Santo Adriano del Monte, un poco antes del Aula Vital y de Cuevallagar...

Datos de la ruta:

Distancia: 21,6 km
Duración: 8h 45 min
Cota mínima: 576 m
Cota Máxima: 1085 m
Desnivel Acumulado: 730 m
IBP: 80 Hiking

Mapa del recorrido
La ruta comienza en Linares, donde se puede aparcar al lado de la iglesia, o un poco más arriba fuera del pueblo, o incluso en el Alto de la Cruz cerca de un repetidor. Al lado de la iglesia hay una fuente para cargar agua, aunque hoy no calentó el sol, más bien había niebla.

Iglesia de Linares
Desde Linares hay que ir por carretera hasta el siguiente pueblo de Las Vegas, a la salida del pueblo por la carretera que va hacia la derecha en descenso. El pueblo está en la ladera de enfrente.

Las Vegas desde Linares
Por carretera en un par de kilómetros se llega hasta el pueblo de Las Vegas, y aquí el mapa del IGN que hay arriba nos empezó a jugar malas pasadas. A la entrada del pueblo marca dos caminos, y en la realidad uno de los que marca atraviesa un prado, y el otro que sale desde el medio del pueblo está abandonado y lleno de maleza, ortigas y artos. El suelo lleno de restos de ramas y podas, así que está intransitable, pero nosotros nos metimos por él.

Las Vegas
Tras subir unos cien metros por el cegado camino, nos encaramamos a la muria que nos separa del prado de la izquierda y vamos por el prado, es imposible avanzar por el camino. Del prado salimos por la portilla y llegamos a una ancha pista nueva que no aparece en el mapa. La pista comienza desde la carretera antes de entrar en el pueblo, es nueva y se distingue claramente, si alguien quiere repetir que apunte el primer error.
La pista acaba en un prado, donde hay que girar hacia la derecha y encontrar un sendero entre los folechos. Aquí no tuvimos problemas, lo encontramos rápido y era bastante transitable mientras iba alejado del río. 

Folechos debajo del Pico el Cuernu
En el mapa este sendero lleva hasta el pueblo de La Condesa, pero tiene un tramo bastante malo, cuando llegamos a la zona del río se complicó el paso. El camino debía de ser importante, al principio es un sendero pero cuando llega cerca del arroyo de la Cardanosa se recupera la antigua traza de un camino empedrado. El problema está en que este año ha llovido demasiado y el camino está embarrado y anegado a trozos. Parecía que llevaba más agua casi el camino que el arroyo. Para avanzar hay que ir pasando a los prados de al lado, así se logra evitar algo el barro. En uno de esos desvíos, yo seguí por el camino y acabé metido hasta las rodillas en fango, tras resbalar tratando de pasar por el lateral agarrado a unos avellanos. Todavía estoy sacando barro de los calcetines dos días después.
Tramo empedrado al lado del río
Tras superar este primer tramo embarrado, hay que abandonar el sendero y tomar uno nuevo cruzando el arroyo. Cruzar no tiene problemas porque hay muchas piedras grandes y poca agua en el sitio escogido por el que trazó el camino. Pero la ladera de enfrente es Norte, así que tiene bastante barro de nuevo. Hay que cruzar una portilla con un cartel diciendo que por favor cierren que hay ganado. Me parece raro que lleven por aquí el ganado porque se les puede romper una pata con facilidad.

Sendero por la la ladera de Los Cabezones
El sendero está bastante limpio, a tramos empedrado, pero hay mucho barro, mal año hemos escogido. La zona se llama de Los Cabezones según el mapa, así que nada más apropiado para nosotros. El camino sube poco a poco, hasta girar y cambiar de ladera para llegar a la zona de los prados y las brañas del cabezón. Aquí el camino no coincide con el del mapa, alguien lo debió de copiar de un mapa antiguo y no se corresponde. De hecho en otro cierre del camino con unas varas y una chaqueta lo perdemos un poco, pero más adelante lo recuperamos.

Santo Adriano del monte debajo del Buey Muerto desde el Cabezón
Aquí volvemos a ir por un camino selvático, y a tramos nos salimos hacia los prados aledaños para poder avanzar y evitar el barro, o los troncos caídos, o la vegetación cerrada. De la braña apenas vemos unos restos de cabañas aisladas y derruidas, enterradas por la vegetación. Desde la braña el camino sendero tiene un gran tramo de bajada de nuevo hasta llegar al río de las Varas. Estos caminos se conservan en parte gracias a que están empedrados y ahí no puede crecer la vegetación, pero en otras zonas el barro los hace impracticables. Las hayas también evitan que crezca demasiado los folechos y artos, pero se necesitaba un mantenimiento.
Sendero selvático
Tras el tramo de bajada, y huir de un grupo de vacas que se nos acercaba en un prado con malas intenciones llegamos hasta el río de las Varas. No hay puente, hay como una construcción de piedra a modo de espigón y nada más.
Vado del río de las Varas, enfrente el camino a seguir
No hay mucha agua así que en votas se pasa sin mojarse, sino remontando unos pocos metros hay una zona de piedras grandes y juntas que permite pasar con facilidad. Tras cruzar el río hay que seguir por el camino ascendente hasta Santo Adriano del Monte, este camino está de nuevo empedrado a trozos, lo que da una idea de la importancia del mismo, una pena que se pierda.

Llegando a Santo Adriano del Monte
Cuando vimos la primera casa nos alegramos bastante, acabábamos de atravesar un tramo selvático que nos había llevado toda la mañana para cruzarlo, y por fin llegábamos a un camino civilizado. En Santo Adriano aprovechamos para comer al lado de la fuente.

Casas de Santo Adriano 
Las casas que hay tienen todas piedras talladas en puertas y ventanas, lo que indicaba que tenía que ser un pueblo rico. Muchas tienen mantenimiento porque el tejado está bastante bien todavía, pero otras se están cayendo, una pena. Resulta curioso que subiendo un poco se ve casi al lado Oviedo, poco más de 20 km en línea recta y el pueblo está abandonado.

El prado de la fiesta y al fondo el Buey Muerto
No exploramos mucho el pueblo porque ibamos ya cansados, así que tras comer seguimos ruta. Tomamos la pista que parte al lado de la fuente, y que sube al barrio de arriba y después pasa por debajo del prao de la fiesta. Desde el prao de la fiesta se puede subir al Buey Muerto, pero como la niebla entraba y salía, decidimos seguir por la pista con una subida más cómoda. 
Subiendo por la pista con la Lloral entre la niebla
La pista por la que vamos tiene una canalización de saneamiento, con tapas de registro cada cierto tiempo. La pista según el mapa acababa en la caseta del sondeo que provee el agua al pueblo, pero ahora la han ampliado subiendo hasta la collada Miradoriu.
Cabaña de las Brañas de Castaneo
Pasamos al lado de varias cabañas, algunas cuidadas y con el tejado renovado con chapa, y otras sin tejado y medio derruidas. Acabaremos volviendo a ellas. La pista nueva atraviesa un mar de folechos, lo que debería de ser praderas para las vacas y las yeguas, pero si no se mantienen los folechos lo colonizan y lo hacen desaparecer.


Antes de llegar a la collada se pasa por una fuente y un depósito de agua para que reposten los helicópteros en caso de incendio. En la collada enlazamos con otra pista que se dirige hacia Cuevallagar o hacia Yernes.

Aula Vital
La pista pasa al lado del Aula Vital donde muestran diversas formas de generar energía eléctrica a través de energías renovables y sistemas para calentar agua también. Parecía cerrado, pero después vimos a un grupo a caballo que paró y le abrieron. También hay un arboreto con una gran variedad de árboles plantados, pero de nuevo está tomado por los folechos, de entre los que salen los árboles. Cada árbol es de una especie diferente.

Brañas Negras
La pista atraviesa las Brañas Negras, que deben de recibir el nombre por el color de la piedra con la que se construyeron las cabañas. Todas muy cuidadas porque se llega fácil en coche.

Vistas hacia el Valle de Yernes y Tameza, y más atrás las sierras de Belmonte
Un poco más adelante ya se empiezan a tener vistas hacia el valle de Yernes y Tameza, aquí la niebla estaba más despejada y se veía la Sierra de la Manteca un poco cubierta, el Urro y el Courio en cambio estaban sin niebla. En cambio la cumbre de la Lloral estaba a ratos cubierta y a ratos despejada, así que desechamos subir y seguimos por pista hacia Cuevallagar.




La pista y el Buey Muerto en el centro
La pista tiene buenas vistas del recorrido realizado en el día de hoy, viendo la pista por la que subimos por la falda del Buey Muerto, la zona de prados y selva que atravesamos por la mañana antes de llegar a Santo Adriano del Monte, y al fondo del todo Oviedo. De nuevo resulta raro un pueblo abandonado tan cerca de la capital.
El valle de Santo Adriano del Monte y la pista marrón sobre los folechos de la falda del Buey Muerto
La pista hacia Cuevallagar con el Piurices en medio de la imagen
Un poco antes de llegar a Cuevallagar hay una fuente justo debajo de la pista, donde paramos a reponer agua y comer algo de fruta. Seguimos por el camino y bajamos hasta la boca de la cueva.

Bajando a Cuevallagar
La cueva está muy embarrada y con cucho, así que no apetece entrar mucho, además la parte profunda está cerrada así que nos quedamos a la entrada. Después damos la vuelta y seguimos camino. Aquí hay que subir un cacho, así que nos lo tomamos con calma, y más por culpa de una pareja de toros, había uno en el valle, y otro en la collada, estaban compitiendo por las vacas y no paraban de mugir, patear y afilar los cuernos. Al principio pensamos que era por nosotros que no quería que nos acercásemos, pero después descubrimos el de la parte alta. Nos fuimos pero parecía que no iba a pasar a mayores, porque cada toro tenía su harén.
El valle de Cuevallagar y la Lloral bajo la niebla
Tras alcanzar la collada aparecen las vistas hacia el valle de Proaza, destacando la Forcá y el Cuete Mar, muy próximos y escarpados. Al fondo la zona del Aramo estaba cubierto por la niebla. Este cordal tiene unas vistas espectaculares de todos estos valles, incluso se ve la zona de las Ubiñas.

Valle de Proaza con la Forcá y la sierra del Gorrión
La pista va en suave descendo hasta llegar al alto de la Cruz, donde enlaza con la carretera que lleva a Linares. Todo este tramo sigue señalizado con los postes del GR.
Primer tramo de bajada de la pista
Siguiente Tramo con el Pico Regodello según el mapa en medio


La pista se hace larga por el tute que llevamos, pero las vistas compensan en parte el cansancio. Además como no hay niebla vemos como se extiende en lontananza todavía se alarga más. Hay que rodear el pico regodello que se ve bastante lejos para alcanzar la carretera.

Otro tramo con el Regodello más grande

Al lado del Regodello y a la izquierda el pueblo de Linares
La Forcá y la collada de Aciera también la peña del Alba
Poco a poco vamos recorriendo la pista hasta llegar a rodear el Regodello y llegar a la carretera, desde donde también hay unas impresionantes vistas.

Panorámica hacia el Aramo y la Forcála entalla es la zona de las Xanas
Llegando a Linares por la carretera
El resumen de los datos de la ruta y el recorrido, muy cansados por la zona de selva y barro que ralentizan mucho el avance. Mejor la alternativa de los de las claras que puse más arriba para visitar el pueblo abandonado.

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