El Palero [León-La Tercia]

Ruta de alta montaña, subiendo al Palero, la primera de las tres Marias, la niebla no permitió más. La subida, y sobre todo la bajada es complicada, en este caso fuí con el grupo de montaña Pico Urriello de Gijón, y para la bajada en el tramo más complejo montaron una cuerda, que vino bastante bien. La idea era hacer las tres Marías, pero se cerro la niebla y no tenía sentido continuar, así que volvimos a hacer la primera comida a Casares de Arbás, y después ya hicieron la segunda en Cubillas. Esta zona de Casares con el embalse es muy bonita, pero el día no acompañó. En el pueblo hay fuente, pero en el resto del recorrido no, así que toca llevar agua. Esta zona está en plena Cordillera, así que es muy habitual que se cubra de niebla y puede ser complicado orientarse.

Datos de la ruta:

Distancia: 4,6 km
Duración: 3h 46 min
Cota mínima: 1335 m
Cota Máxima: 1870 m
Desnivel Acumulado: 540 m
IBP: 76 Hiking

Mapa del recorrido

Cuando llegamos estaba bastante bien, las tres cumbres estaban despejadas y lucía el sol, pero en Asturias dominaban las nieblas bajas, que irían infiltrándose hacia esta zona.

Las Tres Marías

El autobús nos dejó en la plaza de Casares, desde aquí vamos por carretera unos metros en dirección a Cubillas, y después cogemos una pista que sube de frente hacia el Palero, la pista se acaba convirtiendo en un cortafuegos, y después en un sendero. Aquí subimos muy rápido, hay prisa por la previsión del tiempo.

Subiendo por la pista-cortafuegos desde Casares, al fondo el embalse

Llegamos cerca de un corro, y aquí hay que empezar a ir un poco hacia la izquierda por los senderos del ganado, desde aquí el Palero parece bastante afilado, por la otra cara lo es todavía más, con paredes verticales. En Octubre de 2005 habíamos venido desde el Brañilin hasta peña Esquina y la primera de las Marías, y no nos atrevimos a subir las otras dos.

El Corro y detrás el Palero

2005 Las Tres Marías desde la zona del Cuitu Negro

De vez en cuando se para para agruparse, hay que llegar a la collada y el inicio de la subida más o menos juntos para después trepar sin tirarse piedras.

Vista atrás

Una cuevina y la senda pasa al lado

Alcanzamos una collada con buenas vistas al pantano, y hacia el otro lado grandes caídas, ya se ven las nubes y nieblas entrando por la zona del Cuitu Negro.

Vistas hacia el pantano de Casares

Caídas al otro lado del valle con las nubes entrando

En la collada sopla ya fuerte un viento bastante frío, desde aquí ya hay que empezar a usar las manos para progresar.

Una cara en las peñas

Varios tramos de la subida

La primera subida la hacemos con las mochilas para superar un pequeño resalte, al otro lado ya hay gradas y dejamos la mochila. La subida es por una zona con gradas, la roca esta plegada y tiene una orientación casi vertical, así que va haciendo escalones con la erosión, y se puede subir cómodamente, otra cosa es bajar, donde la impresión de vacío puede restar confianza.

Ultimos tramos antes de la cumbre

El paso más vertical en subida no impresiona, son escalones donde se ve fácil dónde poner los pies y las manos para subir, pero para bajar ya no es tan fácil, por eso pusieron una cuerda para reducir riesgos. Después de este paso la pendiente se reduce, ya no hay tanta sensación de vacío y se sube mejor, además la niebla evita que se vean las grandes caídas que tiene esta monaña.

Vistas desde la cumbre

En la cumbre soplaba un viento frío que arrastraba las nieblas, sólo se despejo unos breves instantes para ver debajo la amplitud del embalse y el pueblo de Casares, al poco se volvió a cerrar y la niebla nos engulló. 

La bajada por el mismo sitio, con algo de caravana por la cuerda, y siempre con mucho cuidado por el mismo camino. Llegamos hasta donde dejamos las mochilas, volvemos al collado y bajamos desandando el camino. En caso de seguir a las Tres Marías, desde la collada habría que rodear el Palero para pasar a la segunda y buscar la chimenea de subida.

La Capilla en Casares

Arco Iris sobre el embalse

La ruta por la meteorología no dio para más, una pena no poder disfrutar más tiempo desde las vistas de la cumbre, habrá que volver más adelante, aunque la bajada todavía la recuerdo.